Si echo la mirada hacia atrás, más de una vez creo que he estado en el lugar equivocado con las personas equivocadas.Y aunque cuesta algo entender el por qué uno permanece un tiempo(poco o mucho) donde no tiene sentido estar , terminas dandote cuenta de que esto no es más que una forma de aprendizaje necesario para poder llegar al punto en donde realmente sientes que estás a gusto y quieres estar.
Hasta llegar a ese punto ,transitas por esa carretera imaginaria a una velocidad que a veces es muy lenta,incluso diría que es como si fueras marcha atrás o estuvieses siempre en el mismo punto.En otras ocasiones es tan rápida que apenas ves el camino y ni siquieras sabes por donde vas ni por qué.
Y en esa carretera te toca sortear todo tipo de obstáculos y curvas más o menos peligrosas y pronunciadas.A veces tan pronunciadas que terminas saliendote produciendose una dolorosa avería que te impide seguir el trayecto,o eso crees.
Y el error está ahí,en pensar que una o varias averías por muy dolorosas que sean te impedirán seguir el camino.Ciertas averías, diría yo que a veces son hasta necesarias aunque parezca lo contrario.Te permiten darte cuenta de que la gracia del asunto está en aceptar que no siempre los caminos son rectos,que las curvas son parte natural del camino y que la velocidad no importa si uno sabe hacia donde quiere ir y donde quiere estar.
Y un 18 de octubre tiene la culpa de que por fin me diera cuenta de que estuve en muchos lugares equivocados que no conducian a ninguna parte.Y que aunque el trayecto posiblemente será largo, sigo caminando sin importarme las curvas,la velocidad ni los obstáculos del camino, por que se hacia donde quiero ir y donde quiero estar.
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